En un rincón
del mundo

Muy lejos de nosotros, el niño tiene íntegra la fe creadora y no tiene aún la semilla de la razón destructora. Es inocente y, por tanto, sabio. Comprende mejor que nosotros la clave inefable de la sustancia poética
Federico García Lorca

Sinopsis

La aldea respiraba inquieta, pero Manuel, Claudia y Laura no se dieron cuenta.

De repente un día, todo se volvió del revés, la gente gritaba, corría y sin saber cómo ni por qué, los tres corrieron también, con el miedo enganchado a sus tobillos, sin mirar atrás hasta que llegaron a lo más profundo del bosque. ¿Qué ha pasado? ¿Volvemos o es mejor esperar?  ¿Estarán bien? ¿Vendrán a buscarnos? ¿Y si no nos buscan, eso significa que ya no nos quieren?

En el bosque, en ese rincón perdido y olvidado del mundo, construyen su día a día, comparten sus miedos, locuras, sus pensamientos más fantásticos o más profundos. Se descubren en lo bueno y en lo malo. Sienten todo lo que son capaces de hacer, dicen lo que suelen callar y hacen lo que piensan sin preguntar. Mientras, dudarán del amor de sus mayores, construirán sus indecisiones y crecerán con sus dudas.

“En un rincón del mundo” es un cuento intemporal, una invención sin héroes ni heroínas. Es una historia irreal colmada de palabras, acciones y pensamientos reales.

Ideas de partida

Proyecto 2022

El proyecto comienza a desarrollarse a partir de estas ideas y conceptos.

Llevo un año de espera para poder crear este espectáculo. Un año. Pensando, mimando el texto, imaginando ese bosque, ese rincón perdido al que vamos a dar forma en estos tres meses. Por fin. 

Los primeros apuntes sobre la historia y los personajes están en la hoja de una libreta, con un membrete que pone: 28 de junio de 2016. Ahí comencé a escribir sobre el lenguaje poético en la infancia, los hitos importantes que suceden a esas edades, surgió la pregunta ¿me quieren? ¿cuánto me quieren? ¿por qué me quieren?, escribí sobre recuerdos de mi infancia y de la de mi hija. Y ahí encontré a las tres personas que inspiraron esta historia: Lucía, Luis y Alicia. Tres hijos únicos que acudían diariamente a la misma escuela. Se hicieron amigos cuando tenían dos años… y hasta ahora, que tienen veintiuno. 

Ese verano escribo: Tres hermanos abandonados en el bosque. En septiembre imagino ya la escenografía: los árboles que se mueven, que se deslizan sobre rieles. En el 2017 hay pocos apuntes, pero importantes: tengo a tres personajes: Claudia, Manuel y Laura y sus tres conflictos: niña muy responsable por las exigencias de sus mayores, la muerte reciente del padre de Laura y el niño sobreprotegido. Tres personajes aislados de los adultos porque quiero escucharlos hablar entre ellos, porque se que cuando están solos hablan distinto.

Tuvo que llegar la pandemia en el 2020 para que tuviera el tiempo para escribir sin prisa, sin una puesta en escena inminente. 

  • 2021: No me conceden la ayuda a producción. 
  • 2022: Concedida.
  • 2023: Ensayos y estreno. 
Recuerdo con claridad mi propia infancia… sabía cosas terribles. Pero sabía que no debía permitir que los adultos supieren que lo sabía. Los habría asustado
Maurice Sendak

Texto. Planteamiento

Hay tres temas iniciales, básicos en la creación del texto de este espectáculo.

A. El motivo raíz que genera la creación de mis obras, que alimenta el crecimiento del texto y de las imágenes posteriores, suelen ser preguntas personales en relación con el mundo, con los demás.

En este proceso, la pregunta gestora fue: ¿ME QUIEREN? 

Esta pregunta arrastraba tras de sí otras: ¿No me quieren? ¿Por qué me quieren? ¿Qué tengo que hacer para que me quieran?..

Son preguntas básicas que nos hacemos desde que empezamos a razonar e incluso antes, porque desde que somos bebés, accionamos para que nos quieran, para que nos protejan.  Y nos repetimos estas preguntas, con todas sus variantes, durante toda la vida.

B. El lenguaje poético en la infancia: Son múltiples los ensayos que nos hablan sobre la poética en el lenguaje infantil, pero es difícil encontrar en escena personajes que representen a niños o a niñas y que su manera de hablar esté impregnada de esa sustancia poética. 

El gusto del niño por las palabras es natural y está inicialmente más en función de sus formas y sonoridades que de sus significados. Para él resulta atractivo jugar con las palabras que ha captado en una conversación con los adultos. Las repite, las asocia con otras, las desmenuza en sílabas, las tararea, aunque a menudo no las comprenda. Este engranaje que realizan, cuando los significados no están completamente definidos, generan multitud de expresiones poéticas, de las que vamos distanciándonos a medida que crecemos

C. Dar voz a las reflexiones y pensamientos que en la infancia se tienen sobre el mundo. La muerte, el poder, la soledad, el amor, el bien y el mal, la mentira… no son temas exclusivos de la edad adulta. Porque los niños y las niñas piensan y pueden expresar, si los escuchamos, sus opiniones sobre estos temas con sus propias palabras, llenas de espontaneidad, humor, lógica y poesía.

Y me puse a imaginar a una infancia en escena que expresara sus sentimientos como casi ningún adulto puede ya hacerlo, con una riqueza y una capacidad de juego con las palabras, que perdemos al reconocer exactamente su significado. Con capacidad para pensar sobre la vida, sobre su vida y todo lo que les rodea, buscando explicaciones al mundo en el que viven, compensando lo que no conocen con toda la fantasía y la poesía de la que son capaces. 

Este ha sido mi reto. Ya veremos hasta dónde somos capaces de llegar.

Creo que deberíamos devolverles a los niños la energía que una vez les dio fuerzas para enfrentarse a las pequeñas adversidades
Hayao Miyazaki

Elementos coreográficos

El actor/actriz es cuerpo y voz

Si estos dos instrumentos están bien afinados estaremos más cerca de conseguir la comunicación y la transmisión de la emoción.

El espectáculo se cimienta sobre el texto, pero es imposible construir el edificio, la obra completa, si no cuidamos la presencia física, el movimiento escénico y la coreografía de distintos tiempos de la obra donde la imagen equilibra la ausencia/presencia de este.

Vamos a encontrar tres personajes adultos/niñ@s en escena, pero tenemos muy claro que en ningún momento vamos a infantilizar la manera de representarlos. Nunca. Crearemos convenciones escénicas para jugar estos personajes. En las lecturas en centros escolares, hemos comprobado que no genera ninguna duda. 

La sociedad nos enseña a representar nuestras vidas ante nosotros dentro del marco de una narrativa coherente, pero debajo de ese condicionante nosotros sentimos nuestras vidas como series de impulsos y colisiones multidireccionales
Foreman

Dramaturgia

La infancia es un lugar caótico donde los lenguajes, aún por codificar, se entremezclan y ninguno ostenta ninguna prioridad sobre el otro

Los sonidos del lenguaje o de las cosas, el tacto de la superficie del mundo, los gestos y los movimientos, las miradas… forman un todo que el niño y la niña tratan de descifrar. A medida que crecemos, el intelecto va ganando espacio en nuestra manera de entender y conformar el mundo. Creo que la dramaturgia es la mediadora entre la escena y la literatura y no debe estar supeditada a esta última, mucho menos cuando creamos para la infancia, verdaderos especialistas en lenguajes no verbales. 

Construyo siendo consciente que cada lenguaje escénico: texto, movimiento escénico, escenografía, iluminación, música y vestuario debe desarrollar su propia dramaturgia, con libertad de experimentación, bajo la supervisión de la dirección escénica que cuidará que todas ellas se interrelacionen, creando con un único fin común

LaMirilla. Un proyecto de LaSaL teatro

«LaMirilla»

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